Gracias.

Y te quiso dar las gracias.

Por no haber tirado la toalla con ella, aun sabiendo por sí misma lo complicada que es.

Por todas aquellas veces en las que le insistías que las cosas eran de una forma y ella te llevaba la contraria. Luego el tiempo demostró que tenías razón, pero nunca escuchó de ti un «te lo dije».

Por curarla. Por enseñarle todo para crecer.

Por premiar sus logros. Por no hacerlo.

Por dejarla ser la persona que quería ser, aunque en algunas cosas no estuvieses de acuerdo.

Por el tiempo que has perdido con sus tonterías, porque eso nadie te lo va a devolver.

Por las mentiras piadosas, que, aunque te las eche en cara a veces, ha llegado a entenderlas.

Por estar a su lado a pesar de los 1600 kilómetros que os separan la mayoría de los días.

Porque hasta tus imperfecciones son perfectas. Porque no pudo haber elegido a nadie mejor.

manos

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